PAPEL DE GRABAR:
Formado por fibras celulósicas afieltradas y entrecruzadas, principalmente de algodón o lino 100% o mezcla con otros vegetales. Hay papeles muy apreciados como algunos fabricados en Japón de un árbol típico de este país, similar a la morera de fibra larga.
La fabricación del papel en términos generales se compone de las siguientes etapas: En primer lugar la preparación de la pasta donde la materia prima se desintegra, sufre un despastillado y refino donde la fibra se desfibrila para dar mayor unión entre ellas aumentando la resistencia a la tracción y doblado. Una fibra larga nos dará mejores propiedades para uso en grabado. Se suele añadir algunos aditivos según uso.
A partir de la pata se procede a la fabricación de la hoja, para ello primero se desintegra en un tanque ( pulper) separando las fibras para que se mantengan en suspensión, y se diluyen en un porcentaje del 6 al 10% en materia seca. A continuación esta mezcla se deposita en un tamiz o malla, se elimina el agua por filtrado y se procede al prensado en húmedo y posterior secado.
Industrialmente la fabricación del papel se hace de forma continua en rollos, y luego se cortan a la medida.
En este caso la orientación de la fibra es longitudinal puesto que la máquina avanza en ese sentido.
El mejor papel para grabar es el hecho a mano y se caracteriza por las barbas en los laterales, en este caso las fibras no se orientan en un mismo sentido y se entrecruzan aleatoriamente, con una características de resistencia en cualquier dirección.
El gramaje más adecuado de 200 a 300 gr/m2, a más profundidad de surcos mayor gramaje. Deben estar fabricados con poca cola y no inferiores a 180 gr/m2. Las texturas pueden variar de lisas a muy rugosas, para grabados toscos o lineas muy enérgicas se adaptan mejor las rugosas, en cambio para trabajos delicados la superficie lisa. Las texturas dependen del tipo de malla de fondo, tipo de fibra, tratamiento y los prensados. En el comercio podemos encontrar colores desde muy blancos a colores crema , marfil, grises etc. Es importante que el pH sea lo más neutro posible, restos de acidez motivan un envejecimiento prematuro.
Preparación del papel para estampar: En una bandeja o recipiente de tamaño suficiente para que la hoja este perfectamente extendida, se sumerge en agua totalmente comprobando el mojado en ambas caras, que no queden burbujas de aire. El tiempo de inmersión no es determinante papeles más gruesos más tiempo, unas horas es suficiente, lo más importante es uniformidad del mojado. Para dejar listo el papel para proceder a la estampación, se saca del recipiente en agua con cuidado para no doblarle y escurrir uno o dos minutos el exceso de agua manteniendo el papel verticalmente, posteriormente secar entre papel secante hasta dejar la humedad correcta. La experiencia visual y con el tacto nos da el estado adecuado de la humedad del papel. Una vista tangencial de la superficie del papel nos da la pista, la superficie no debe brillar. Si las tiradas son muchas el papel puede mantenerse húmedo durante el tiempo necesario, dentro de una bolsa de plástico. Es la operación de estampado donde debemos poner un gran cuidado en la limpieza y disponer a mano de trapos limpios, y algún disolvente como alcohol.
Colocación de la plancha: Lista y revisada la plancha una vez entintada, con los cantos y parte trasera sin rastro de tinta la colocamos sobre la pletina perfectamente limpia. La plancha la centraremos con ayuda de unas señales de referencia. Para ello podemos colocar un papel cuadriculado y sobre este un plástico rígido transparente. Si tenemos posibilidades este cuadriculado lo podemos dejar fijo en toda la superficie de la pletina, con una plancha de poliéster rígida mejor de unos 500 micras de espesor. La presión adecuada de los rodillos del tórculo deben ajustarse previamente con una prueba previa, bien con la plancha del grabado o con otra chapa del mismo espesor. Equilibrar la presión entre los rodillos de forma que sea igual en toda la linea. La presión de los rodillos es importante en la calidad del grabado. Si la presión es baja la tinta no marcará el papel con intensidad, y una gran parte de la tinta quedará en los surcos del dibujo de la plancha, también otra pista es el grado de deformación del papel con la plancha. Si la presión es muy alta la plancha sufre en exceso, puede resbalar con respecto al movimiento de la pletina y emborronar las lineas, tambien incluso puede romper el papel. Otra pista que nos da la presión correcta es el aspecto del papel de los blancos correspondientes a la superficie de la plancha, si estos no guardan diferencias con los exteriores a la superficie de la plancha la presión refleja baja presión. Si en cambio los blancos del papel que ocupan la plancha tienen un aspecto satinado, nos da idea que la presión puede ser la adecuada. El grabador experimentado con la resistencia del volante del tórculo (mismo espesor de plancha), puede tener una pista de la presión correcta.
Colocamos la plancha centrada sobre la pletina con ayuda de las referencias, que nos servirán también para depositar el papel humedecido sobre la plancha en posición correcta. Es importante en la operación de centrado no manchar de tinta la pletina, es fundamental en toda la operación de estampado una exquisita limpieza. Es normal en el centrado del papel dejar unos dos centímetros más del mismo respecto a la plancha, en la parte base inferior donde irá la numeración y firma del grabado.
La posición de la pletina estará desplazada en uno de los extremos, que al estampar se irá hacia el otro, donde se iniciará el siguiente grabado. A continuación se abate y se cubre el papel con el fieltro que estará bien centrado, tensado, sin pliegues y arrugas. Ponemos el volante del tórculo en marcha con un desplazamiento de la pletina lento pero uniforme, al comienzo la fuerza para el giro del volante es ligera y cuando los cilindros comienzan a morder la plancha la fuerza aumenta enormemente, es importante mantener la misma velocidad hasta el final del recorrido.
Es muy importante en cada tirada limpiar perfectamente la pletina, puesto que pueden quedar restos de tinta, que mancharían el grabado y el fieltro.
Finalizado el recorrido hasta el final se procede a acoger el papel impreso de la plancha, bien con los dedos limpios o con unas pinzas, de forma que al levantar el grabado no deslice y no sufra dobleces.
Si bien ya depende de grabador, se coloca sobre una superficie plana y limpia, perfectamente extendido unos 10 a 15 minutos, y sin llegar a secarse se lleva a una base donde se intercala de forma extendida papel secante, con una tabla o chapa metálica con al final que reparta un peso uniforme.
Normalmente se hacen varias tiradas de un misma plancha o de varias y se van apilando e intercalando un papel secante entre cada grabado, para evitar manchar el papel secante se debe colocar un papel fino como el tipo tisú entre este y la cara impresa del grabado. Se cubre todo con una plancha como puede ser aglomerado de unos 2 cm ( recubierto ambas caras de melamina para evitar los efectos de la humedad, y si es posible pintados los bordes) . También una chapa metálica mejor acero inoxidable de 2 a 5 mm de espesor.
No hace falta mucha presión, si el tablero es de unos 2 cm. basta con su peso.
Se mantiene un mínimo de 48 hora suficiente para secar totalmente el grabado, que quedará perfetamente liso y plano.
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