1.-Preparación en papel de un boceto con el dibujo. Motivo de la obra.
2.-Preparación de la plancha de cinc o cobre
- Corte de la chapa de la plancha
- Pulido de la superficie
- Lijado de los laterales
- Protección al ácido de la cara posterior
- Aplicación del barniz
3.-Traspaso del dibujo-boceto en forma invertida, sobre la superficie del barniz.
4.-Dibujo sobre la plancha, mediante punta de rayar, siguiendo las indicaciones del dibujo.
Raspado del barniz siguiendo las lineas del dibujo, en varias fases de acuerdo con el nº de
inmersiones y tiempo de las mismas, para conseguir las diferentes gradaciones.
5.-Ataque de la plancha mediante diversas inmersiones en ácido nítrico u otro mordiente de
acuerdo con el material de la placa, y en las concentraciones adecuadas.
Según las concentraciones del ácido y temperatura del baño el ataque al metal será más
o menos intenso.
6.-Repaso final de la plancha ya grabada. Biselado de los bordes.
7.-Entintado de la plancha
- De forma manual y con tintas especiales de grabado.
- Limpieza de la tinta sobrante en la plancha.
- Mojado del papel.
8.-Estampación en tórculo
CONFERENCIA SOBRE GRABADO
Centro cultural IBERCAJA- Zaragoza : realizada por Julio Cobo (16-noviembre 2006 )
GRABADO CON TÉCNICA XILOGRAFÍA ( linografía) |
Técnica - mixta - aguafuerte - rodillo jugando con viscosidad de tinta de color con una sola plancha |
Grabado- aguafuerte - acuarelado |
GRABADO A PUNTA SECA
De todas las técnicas del grabado es la más sencilla de trabajar, puesto que es similar a realizar un dibujo con un lápiz sobre un papel.Tiene una gran ventaja en la elaboración de la obra respecto a un
aguafuerte,no necesita barnices ni mordientes, bastante delicados de manejar dada su toxicidad.
Normalmente se ataca primero las zonas que están previstas como más claras, profundizando progresivamente con los punzones ejerciendo mayor presión para las zonas más oscuras, es decir con mayor resalte.
Los surcos o rayas sobre la plancha de acuerdo a la presión de la punta tienen numerosas posibilidades en cuanto a intensidad y por consiguiente una gran gama de matices.
Para esta técnica las planchas más indicadas son las de cinc, por ser un material blando que facilita la incisión del punzón. Las de cobre necesitan mayor presión, si bien estas últimas aguantan mayor número de tiradas.
Una de las características del grabado a punta seca son sus negros, aterciopelados y suaves, muy diferentes a los obtenidos con técnicas como el aguafuerte. Estos negros son producidos por la tinta acumulada en las rebabas. El punzón al atacar el metal con presión y deslizamiento sobre la plancha, el material se levanta y se acumula en los bordes del surco, formando las rebabas. Esto no ocurre en la técnica del buril, donde el rayado o surco es nítido y el material es cortado y separado.
Debido a las presiones del tórculo en las diferentes tiradas, las rebabas van aplastándose y limitan el número de impresiones. Normalmente no alcanzan buena calidad a partir de 12 a 20 impresiones. Las planchas de cobre al ser un metal más duro aumentan este límite. No obstante cuando una obra tiene interés, puede cromarse para ganar en dureza aumentando la posibilidad imprimir un gran número de tiradas.
PREPARACIÓN Y PROCEDIMIENTO
1) Preparación de la plancha
Esta fase es importante, aplanar, lijar, y pulir de forma correcta la superficie de la plancha,en esta técnica podemos desde el principio redondear los bordes, para evitar romper el papel en el estampado.
2) Llevar el dibujo a la plancha, más o menos detallada según la necesidad de cada artista, puede hacerse con un lápiz blando o rotulador de punta fina. El dibujo se trasladará de forma invertida para verse de forma correcta una vez impreso.
Puede hacerse de varias formas:
a) Hacer el dibujo en papel transparente, como papel vegetal, laminas de poliester etc., nos permite trabajar con el dibujo al revés.
b) Utilizando un espejo para ver el modelo invertido, este sistema era muy usual antiguamente.
c) Usando algún programa de ordenador para voltear el dibujo, como el photoshop.
Cuando tengamos el dibujo en la plancha con las matizaciones y detalles que cada uno crea necesario, podemos comenzar el trazado con el punzón.
Nos conviene sujetar la plancha sobre la superficie de apoyo, para evitar que al presionar y deslizar el punzón no mueva la placa y nos desvíe el trazado previsto. Esta operación es la mas importante y delicada y hay que poner mucha concentración y cuidado. Los punteros normalmente de acero deberán estar perfectamente afilados, con la punta centrada en el eje. A medida que vayamos usando las puntas pueden sufrir desgastes no uniformes , que nos pueden desviar de los surcos deseados y de su intensidad. Debemos observarlos y si procede afilarlos con una piedra de afilado o esmeril de grano fino. Esta operación no es fácil y se necesita cierta práctica, muy importante como ya hemos comentado centrado perfecto del vértice de la punta. Hay punteros de aceros especiales, aleados con tungsteno o volframio que dan gran dureza, incluso hay puntas de diamante.
La punta seca admite muchos tipos y forma de rayados, con diferentes intensidades según la presión ejercida. A mayor presión y número de cruzamientos tonos más oscuros, a menos presión grises más delicados. En las rebabas es donde mas se acumula la tinta, por consiguiente donde mayor intensidad se logra en los negros.
La punta seca puede complementarse con la técnica del buril, que nos puede facilitar detalles interesantes.
Para esta técnica las planchas más indicadas son las de cinc, por ser un material blando que facilita la incisión del punzón. Las de cobre necesitan mayor presión, si bien estas últimas aguantan mayor número de tiradas.
Una de las características del grabado a punta seca son sus negros, aterciopelados y suaves, muy diferentes a los obtenidos con técnicas como el aguafuerte. Estos negros son producidos por la tinta acumulada en las rebabas. El punzón al atacar el metal con presión y deslizamiento sobre la plancha, el material se levanta y se acumula en los bordes del surco, formando las rebabas. Esto no ocurre en la técnica del buril, donde el rayado o surco es nítido y el material es cortado y separado.
Debido a las presiones del tórculo en las diferentes tiradas, las rebabas van aplastándose y limitan el número de impresiones. Normalmente no alcanzan buena calidad a partir de 12 a 20 impresiones. Las planchas de cobre al ser un metal más duro aumentan este límite. No obstante cuando una obra tiene interés, puede cromarse para ganar en dureza aumentando la posibilidad imprimir un gran número de tiradas.
PREPARACIÓN Y PROCEDIMIENTO
1) Preparación de la plancha
Esta fase es importante, aplanar, lijar, y pulir de forma correcta la superficie de la plancha,en esta técnica podemos desde el principio redondear los bordes, para evitar romper el papel en el estampado.
2) Llevar el dibujo a la plancha, más o menos detallada según la necesidad de cada artista, puede hacerse con un lápiz blando o rotulador de punta fina. El dibujo se trasladará de forma invertida para verse de forma correcta una vez impreso.
Puede hacerse de varias formas:
a) Hacer el dibujo en papel transparente, como papel vegetal, laminas de poliester etc., nos permite trabajar con el dibujo al revés.
b) Utilizando un espejo para ver el modelo invertido, este sistema era muy usual antiguamente.
c) Usando algún programa de ordenador para voltear el dibujo, como el photoshop.
Cuando tengamos el dibujo en la plancha con las matizaciones y detalles que cada uno crea necesario, podemos comenzar el trazado con el punzón.
Nos conviene sujetar la plancha sobre la superficie de apoyo, para evitar que al presionar y deslizar el punzón no mueva la placa y nos desvíe el trazado previsto. Esta operación es la mas importante y delicada y hay que poner mucha concentración y cuidado. Los punteros normalmente de acero deberán estar perfectamente afilados, con la punta centrada en el eje. A medida que vayamos usando las puntas pueden sufrir desgastes no uniformes , que nos pueden desviar de los surcos deseados y de su intensidad. Debemos observarlos y si procede afilarlos con una piedra de afilado o esmeril de grano fino. Esta operación no es fácil y se necesita cierta práctica, muy importante como ya hemos comentado centrado perfecto del vértice de la punta. Hay punteros de aceros especiales, aleados con tungsteno o volframio que dan gran dureza, incluso hay puntas de diamante.
La punta seca admite muchos tipos y forma de rayados, con diferentes intensidades según la presión ejercida. A mayor presión y número de cruzamientos tonos más oscuros, a menos presión grises más delicados. En las rebabas es donde mas se acumula la tinta, por consiguiente donde mayor intensidad se logra en los negros.
La punta seca puede complementarse con la técnica del buril, que nos puede facilitar detalles interesantes.
Efectos característicos en la impresión del papel debido a las rebabas
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